Phlebas el Fenicio, muerto hace quince días
olvidó el clamor de gaviotas, y el hincharse del hondo mar
y la ganancia y la pérdida.
T. S. Eliot
Gloria a la deserción; o, mejor, a la vida.
A. Núñez
Aníbal, ha caído.
————————–Ha caído Cartago.
Las ruinas aún humean, Aníbal,
los muertos aún; la ciudad es humo,
la ciudad es ya ceniza en el viento
y arena en las playas y en los pulmones
de los ríos; desolación y pérdida.
La memoria es lo único que queda.
La memoria que quiere desertar,
la memoria qué quiere
__________________________—no cesa ese relámpago—.
Han hecho de la nada, Aníbal, un lugar
habitado por sombras (la memoria que quieren);
y, sin embargo, esta ruina, este ruido
se levanta en el mapa del silencio,
se alza terrible ante el terrible invierno
y relata otra versión de los hechos:
Aníbal, ¿y si fuésemos nosotros la ciudad?
Aníbal, ¿a qué dioses rezan los arquitectos?
[Imagen: el poeta Aníbal Núñez en Salamanca].